Nuevas avernturas, nuevos desafios.

He empezado a entrenar por los caminos de “Puig de Cadiretas”, donde tengo el lujo de decidir entre sus laberínticos cruces que clase de entreno me apetece hacer; subidas fuerte o suaves, llanos, atravesar ríos o correr por ellos .

Esta vez y a diferencia de la preparación para la Isostar, me toca hacer muchas subidas ya que mi intención es correr la Trans-cat, una prueba de 110 kilómetros en cuatro etapas con desnivele acomulados de más de 12.000 metros.

Se sube el Pedraforca en el Berguedà con más de 2000m de desnivel y 30 kilómetros de carrera, el Gombren y la Serra del Montgrony en el Ripollés con más de 1500m de desnivel y 25 kilómetros de carrera, Sadernes y Talaixà en la Garrotxa con más de 2000m de desnivel y 30 kilómetros de carrera siéndo está la etapa reina por ser la única autosuficiente (sin avituallamientos) y Cantallops y L’Albera en el Alt Empordà.

Como se puede ver no tiene nada que ver a la Isostar desert Marathon donde allí era todo en llano.

Es cierto que he dejado la triatlón de lado y que siempre tendré tiempo para volver, pero como dice mi amigo y compañero Sebas “has abierto la caja de Pandora descubriendo los Trail Running y los Ultras”.

Recuerdo mi charla con Emili (un triatleta de mi zona) cuando me comentó que es bueno no ser esclavo de un mismo deporte.

Por supuesto este no es mi único reto para esta temporada, ya que para Septiembre/octubre quiero hacer en montainbike el camino de Santiago desde Tossa de Mar. Más de 1250 kilómetros en 15 etapas y organizando paralelamente un festival benéfico para los XaropClowns (payasos de hospital) el día de mi partida.

Espero no cometer los errores que cometí en la Isostar y hacer lo mejor que pueda en esta competición por el pirineo catalán tan exigente.