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Blog de Patxi

Al llegar arriba, decido tomármelo con calma recordando las palabras de la hostelera e intento mirar más allá de los 10m para ver como continua la ascensión, tero la niebla es persistente.

Pequeña bajadita engañosa donde poco después encaro el Alto do Poio. Allí encuentro un bicigrino navarro de nombre Faustino, y comentamos la dureza de la subida, juntos ascendemos a Alto do Poio y una vez arriba lo celebramos con una cerveza con limonada.

El descenso no es para nada relajado. Camino de tierra, con piedras sueltas, giros, cruces de rieras y saltos hasta Triacastela donde Faustino se queda a pasar la noche. Yo decido continuar hasta Samos y dormir en un monasterio.

Ahora si que puedo decir que estoy en Galicia. Ya queda menos!!!

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