Triatló Olimpic de Banyoles

La verdad es que para la triatlón de Banyoles, fui con un estado de salud bastante malo. La noche anterior estuve en una cena de empresa, donde consumí algún producto del cual yo era alérgico y no lo sabia. Esa misma noche me puse malo, con una erupción cutánea en brazos y cara. Estuve hasta las 2:30 de la mañana en urgencias donde me administraron una fuerte vacuna que me dejó KO. Esa noche apenas pude descansar.

 

El día siguiente, seguía bajo los efectos de la vacuna, la cual me producía cansancio y somnolencia. Pese a las recomendaciones del medico, decidí asistir a la prueba de Triatlón.

 

No las tenía todas conmigo a pocos minutos antes de la salida, aún así pensaba que siempre y en el peor de los casos me podría retirar de la competición cuando mi salud no me permitiera dar más de mí.

 

Después de una “falsa salida”, he de comentar que la natación se me hizo eterna, y que solo tenia ganas de ver en que estado salía del agua dirección a la bicicleta.

 

Una vez subido a la bici, me noté las piernas cansadas y el lumbar y cargado y que en la primera subida deje ir dos arcadas, pero una vez que empezó el descenso, me recupere ¡menos mal!

 

La prueba de ciclista de 40 kilómetros se realizo bajo la lluvia. Rápido se formo un gran pelotón donde estábamos Carlos León, Alberto Campos y yo, que duro hasta el principio de las bajadas, donde se rompió el grupo en dos. Los descensos con el piso mojado y lleno de señales en la calzada hicieron que el segmento ciclista fuera muy peligroso.

 

En el segmento de carrera a pie, no sé si por la confianza que tenia al pensar que lo peor para mí quedo atrás, y que mis dolores lumbares y malestar general habían pasado, me encontré cómodo y muy satisfecho de que cada vez mi objetivo de cruzar la meta estaba cerca, independiente al resultado obtenido.