Triatló de Tossa, el día después.

La verdad es que el Triatló de Tossa, a comparación con otras pruebas puntuables dentro del calendario catalán, no tiene nada que envidiarles, ni en dureza, ni en organización y mucho menos en paisajes. Estuvo genial.

 

Y cuando digo que estuvo genial, lo digo incluso sabiendo que no es un circuito hecho a mis características, ya que había mucha subida y yo soy un triatleta de llano y velocidad alta y constante, ¡vamos! lo que llamaríamos un contrarrelojista y no un escalador.

 

En el segmento de la natación, todos salimos con carrerilla, me explico, como antiguamente se hacia… corriendo 50 metros antes de entrar al mar. Dos vueltas de 750m entre medusas “inofensivas” y a por la bici.

 

Dos o tres kilómetros de falso llano y primer puerto de montaña hasta Sant Grau, entre los 10 y 12 kilómetros  a 250m del nivel del mar. Baja fuerte hasta Llagostera y circuito urbano dirección al segundo puerto de montaña, más o menos en el kilómetro 30 y a 450m del nivel del mar.

¡Que sufrimiento más agónico para los que no nos gusta subir! Y esta claro que no era el único (consuelo de muchos…)

 

En las bajadas yo lo tenía claro, no arriesgar, ya que a falta de dos pruebas (Vilanova y Barcelona) no me la quería jugar con un accidente y tener una lesión o avería grave en la bici y  echar a la basura toda la temporada. Por eso estuve quemando los tacos del freno y disfrutando del maravilloso paisaje.

No pensaba lo mismo mi amigo y compañero Sebastiá, que me adelanto en las bajadas dirección Sant Feliu-Tossa como un “tomahawk” (el viejo zorro se sabia el trazado como yo el pasillo de mi piso). No solo el me adelanto en las bajadas, sino que también lo hizo un pelotoncillo de ocho o nueve triatletas donde la tentación de seguirles no pudo vencer a la cautela de llegar sano a Vilanova, lo cual hizo que me apartara para dejarles pasar ganándome así la amonestación de uno de los jueces por ocupar el sentido contrario, que le vamos a hacer…

 

El segmento a pie fue fabuloso para mí, mis familiares, amigos y vecinos me animaban y aplaudían. Al final quedé primero local y me alcé con un bonito trofeo.

 

Gracias, pueblo de Tossa.