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Blog de Patxi

Control cuarto: El personaje extraño.

Control cuarto: El personaje extraño.

 

-“Muy bien”, me dice el controlador mientras levanta unas hojas para decirme, -ahora vasssssss, ellllll ¡¡¡sexto!!!.

¿El sexto? ¿el sexto? Que bien.

Observo la mesa y alucino

¿Solo una botella me vas a dar? No jodas, eso me lo bebo casi sin querer. ¿A que distancia está el siguiente control? Pregunto mientras me abro otro gel de glucosa.

¿A verrrrr? Mmmmm, pues a 13 kilómetros.

Lleno mi depósito de agua y empiezo a correr y dejo atrás la carpa de control.

Corro por una pista larguísima, cruzo un camino que me lleva al peor de los caminos que ese cruce me ofrecía y aparece de la nada un chico comiéndose un bocadillo y saludándome con el gesto de alzar la cabeza. Le digo hola y continuo la pista sin salirme de las marcas para no perderme, corro, corro y corro, giro la cabeza y a lo lejos esta el chico mirándome sin más. ¿Que leches hará este chaval aquí, en el culo del mundo con está calor? pienso que él se preguntará lo mismo. Pero de mí.

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos y por eso estoy aquí, intento convencerme de mi presencia en esta ultra maratón, la más jodida de Europa según las revistas especializadas.

Sigo corriendo y mi lucha es conmigo mismo ya que una parte de mi intenta convencer a la otra que andar un poco no estaría de más, pero la otra parte, la más competitiva insiste en que ¡¡¡VAMOS SEXTOSSSSS!!!! ¿pero como vas a para? En ese mismo instante os juro que pensaba en alto, vamos, que hablaba solo. Guardo silencio por lo ridículo de la situación ¿un tío en medio del desierto, corriendo y hablando solo? Joder, que mal estamos Patxi, estate en alerta porque sino acabarás teniendo alucinaciones.

Bebo un sorbo, miro a mí alrededor y no veo a nadie. Sigo corriendo, miro atrás y nada, sigo más solo que la una. Corro, las piernas duelen como si veinte manos te agarraran fuerte de las piernas y te apretaran.

¡¡¡Ostras!!! Creo que estoy llegando, veo una persona a lo lejos. A medida que me voy acercando observo alucinado que era el mismo chico que vi kilómetros atrás pero sentado en el capo de un coche verde.

Bajo la cabeza, paso por su lado y dejo ir un suspiro con un hola. Sigo corriendo.

Veo a lo lejos, en una subida que el quinto control está a la vista. Giro la cabeza y sorpresa, vienen dos siguiéndome los pasos, a la altura del control cinco y mientras lleno mi Kamelbag de agua veo como llegan y decido esperar y partir con ellos.

Son Vascos y mientras empezamos la carrera uno me pregunta que ¿qué tal voy?

-Pues te voy a ser sincero macho, estoy jodido de las piernas, de cansancio no voy mal, pero de piernas…

-Tomate una pastilla de ibuprofeno, me comenta.

-No tengo.

-Joder ¿Cómo que no tienes… espera que te doy una, ¡¡aiba la ostia!! No me quedan.

-No te preocupes, de verdad.

Seguimos corriendo los tres y desde lejos veo el perfil de las carpas donde esta el campamento base, donde empezó todo y comento en broma que me voy para allá y que paso de correr.

-Pues ya habrá gente que lo piense, dice uno.

-Joder… y que lo hará también. Es demasiada tentación.

Mira uno de ellos el GPS que lleva como reloj y comenta que llevamos 67 kilómetros y que en el siguiente control es el importante, el psicológico.

Observo con preocupación que ellos llevan un ritmo más ligero que yo. Pienso que mi carrera es otra, que tendría que dosificarme y me voy descolgando. Me quedo solo.

Sigo las marcas y nos hacen pasar por un túnel de una carretera. Se está fresquito y me tomo un respiro.

Al parar las piernas me duelen mucho, se está mejor caminando o trotando y así lo hago.

Sigo una pista de tierra infinita. Corro, corro y corro y… una preocupación me invade, hace ya un rato que no veo ninguna marca de la organización, paro y camino hacía atrás, sigo sin ver marcas. Que putada ¡¡¡me he perdido!!!,

Reculo unos dos kilómetros y en una piedra marcaba que tenía que girar a la derecha y adentrarme en una pradera de piedras sueltas.

Corro, corro y corro hasta acercarme a ¿un precipicio? Las marcas me llevan hasta allí. Al acercarme comprueba que era una bajada de arena y rocas poco estable y a bajo del todo el sexto control.

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