Campos, campos y más campos. De cereales, otras de girasoles y a veces de tierra oscura. Las copas de los àrboles son un regalo por su sombra en un día tan caluroso.

Uno podría decir que el paisaje es monotono cuando está acostumbrado a verlo, pero para los que somos de otro entorno como yo, donde ese escenario no es muy común, es un ragalo para los ojos.

Fisicamente estoy algo cansado. Gestiono bien las comidas y los descansos, pero hay algo, una parte de mi cuerpo que no se acaba de acostumbrar y es el culo. Utilizo diferentes postura para no apoyarlo siempre del mismo lado y con el paso de los kilómetros me doy cuenta que cambiar de postura afecta a mis rodillas por la posición forzada.