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Blog de Patxi

Control cuarto: El personaje extraño.

Control cuarto: El personaje extraño.

 

-“Muy bien”, me dice el controlador mientras levanta unas hojas para decirme, -ahora vasssssss, ellllll ¡¡¡sexto!!!.

¿El sexto? ¿el sexto? Que bien.

Observo la mesa y alucino

¿Solo una botella me vas a dar? No jodas, eso me lo bebo casi sin querer. ¿A que distancia está el siguiente control? Pregunto mientras me abro otro gel de glucosa.

¿A verrrrr? Mmmmm, pues a 13 kilómetros.

Lleno mi depósito de agua y empiezo a correr y dejo atrás la carpa de control.

Corro por una pista larguísima, cruzo un camino que me lleva al peor de los caminos que ese cruce me ofrecía y aparece de la nada un chico comiéndose un bocadillo y saludándome con el gesto de alzar la cabeza. Le digo hola y continuo la pista sin salirme de las marcas para no perderme, corro, corro y corro, giro la cabeza y a lo lejos esta el chico mirándome sin más. ¿Que leches hará este chaval aquí, en el culo del mundo con está calor? pienso que él se preguntará lo mismo. Pero de mí.

Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos y por eso estoy aquí, intento convencerme de mi presencia en esta ultra maratón, la más jodida de Europa según las revistas especializadas.

Sigo corriendo y mi lucha es conmigo mismo ya que una parte de mi intenta convencer a la otra que andar un poco no estaría de más, pero la otra parte, la más competitiva insiste en que ¡¡¡VAMOS SEXTOSSSSS!!!! ¿pero como vas a para? En ese mismo instante os juro que pensaba en alto, vamos, que hablaba solo. Guardo silencio por lo ridículo de la situación ¿un tío en medio del desierto, corriendo y hablando solo? Joder, que mal estamos Patxi, estate en alerta porque sino acabarás teniendo alucinaciones.

Bebo un sorbo, miro a mí alrededor y no veo a nadie. Sigo corriendo, miro atrás y nada, sigo más solo que la una. Corro, las piernas duelen como si veinte manos te agarraran fuerte de las piernas y te apretaran.

¡¡¡Ostras!!! Creo que estoy llegando, veo una persona a lo lejos. A medida que me voy acercando observo alucinado que era el mismo chico que vi kilómetros atrás pero sentado en el capo de un coche verde.

Bajo la cabeza, paso por su lado y dejo ir un suspiro con un hola. Sigo corriendo.

Veo a lo lejos, en una subida que el quinto control está a la vista. Giro la cabeza y sorpresa, vienen dos siguiéndome los pasos, a la altura del control cinco y mientras lleno mi Kamelbag de agua veo como llegan y decido esperar y partir con ellos.

Son Vascos y mientras empezamos la carrera uno me pregunta que ¿qué tal voy?

-Pues te voy a ser sincero macho, estoy jodido de las piernas, de cansancio no voy mal, pero de piernas…

-Tomate una pastilla de ibuprofeno, me comenta.

-No tengo.

-Joder ¿Cómo que no tienes… espera que te doy una, ¡¡aiba la ostia!! No me quedan.

-No te preocupes, de verdad.

Seguimos corriendo los tres y desde lejos veo el perfil de las carpas donde esta el campamento base, donde empezó todo y comento en broma que me voy para allá y que paso de correr.

-Pues ya habrá gente que lo piense, dice uno.

-Joder… y que lo hará también. Es demasiada tentación.

Mira uno de ellos el GPS que lleva como reloj y comenta que llevamos 67 kilómetros y que en el siguiente control es el importante, el psicológico.

Observo con preocupación que ellos llevan un ritmo más ligero que yo. Pienso que mi carrera es otra, que tendría que dosificarme y me voy descolgando. Me quedo solo.

Sigo las marcas y nos hacen pasar por un túnel de una carretera. Se está fresquito y me tomo un respiro.

Al parar las piernas me duelen mucho, se está mejor caminando o trotando y así lo hago.

Sigo una pista de tierra infinita. Corro, corro y corro y… una preocupación me invade, hace ya un rato que no veo ninguna marca de la organización, paro y camino hacía atrás, sigo sin ver marcas. Que putada ¡¡¡me he perdido!!!,

Reculo unos dos kilómetros y en una piedra marcaba que tenía que girar a la derecha y adentrarme en una pradera de piedras sueltas.

Corro, corro y corro hasta acercarme a ¿un precipicio? Las marcas me llevan hasta allí. Al acercarme comprueba que era una bajada de arena y rocas poco estable y a bajo del todo el sexto control.

Control sexto: El ataque de los mosquitos.

Control sexto: El ataque de los mosquitos.

 

La verdad es que al sexto control llego enfadado y comento -¿a quien se le ocurre meternos en esta bajada tal y como llevamos las piernas?

Se echan a reír y me comentan que no he sido el único que se ha quejado.

Lleno mi depósito y cuando estoy a punto de partir, observo que otro corredor esta bajando como puede esa especie de pista de ski de arena.

Decido esperar y el hombre llega, se sienta y se pone la cabeza entre las rodillas y las manos en la cabeza. Miro su dorsal y veo su nombre, “Joan”.

Al ver que no se movía del lugar, decido seguir por mi cuenta y me pierdo siguiendo las marcas por ese océano de polvo.

Va oscureciendo y mientras corro me saco la mochila para buscar mi frontal y ponérmelo. La verdad es que la luz desaparece muy rápido o mientras corro el tiempo pasa muy rápido pero ya es de noche y un zumbido corre por mi oído como si una moto de gran cilindrada adelantara mi oreja. Con la luz del frontal se me hace una nuve de mosquitos y empieza a coserme a picotazos. Que horror. Tenía que haber hecho caso a Paloma y llevarme el antimosquitos, pero no lo hice porque pensé que llevaria mucho peso. Estoy muerto.

A lo lejos, una luz de frontal se acerca y ralentizo el paso, es el Joan y le pregunto si tiene spray antimosquitos, me dice que no.

Paro para ver si en mi mochila tengo algo que me salve de esa situación extrema, pero nada, solo me queda correr y Joan se me escapa entre la noche. El único resquicio de civilización en ese momento fue el parpadeo de un avión.

Me meto en un camino y corro pero me empiezo a encontrar pesado, más de lo normal y paro. Veo que el parón hace que me encuentre peor y troto. Estoy mareado. Bebo agua y tengo arcadas. Vuelvo a parar y me siento en una roca. Mi vista se tiene que acostumbrar a la zona iluminada y parece que vaya con retraso. Me levanto y ando, intento correr y me mareo. Vuelvo a intentar beber y más nauseas. Sin beber estoy jodido.

Camino hasta el control siete, se me hace muy duro. Tengo la sensación de estar caminando en una habitación totalmente oscura e intento trotar pero es imposible. Me encuentro fatal.

Llamo al teléfono de emergencia que la organización me ha dado y en pocos minutos vienen a buscarme. Me preguntan si quiero asistencia y me avisan que eso supone la descalificación de la prueba. Me lo pienso y un chico del control me pregunta si era la primera vez que hacía una ultra maratón y le digo que si.

Me responde que lo mejor es que abandone ya que sino el tema se pondría peor y para el último control no me dejarían pasar, además me felicita y en broma me dice que noventa kilómetros no los haría en bici. Que para ser la primera vez está muy bien. Me informa otro chico que iba el décimo.

Me lo pienso y decido abandonar. Lo he dado todo. Estoy vacío. He luchado hasta el final y ¡¡¡he ganado!!! No he ganado la Isostar Desert Marathon, ni he llegado a cumplir con el objetivo que llevaba en mente de acabar el reto, es verdad, pero he ganado experiencia para los próximos ultras que haga. He aprendido que no tengo que desaprovechar el agua que me dan, que hay que llevar un material más cómodo, que cada uno tiene su ritmo y que fue un error acelerar mi ritmo para no ir solo, que hay que llevar pastillas de sal e ibuprofeno, los pies más protegidos, antimosquitos pese a que la mochila pese un poco más. He aprendido a superarme en la distancia y en la soledad y solo tengo ganas de recuperarme para mi próxima aventura.

Isostar Desert Marathon 2012

Isostar Desert Marathon 2012

Como decía un amigo, es bueno no ser esclavo de un solo deporte y la verdad es que razón no le falta. Después de 8 años compitiendo en el circuito de triatlón he decidido hacer algo más, nuevos retos, como por ejemplo las pruebas de Trail Running o ultra maratones, eso si, sin dejar en mundo de la triatlón.

 

Es difícil, por no decir imposible combinar el triatlón con los Trails, ya que para poder competir en plenas condiciones tienes que estar preparado física y mentalmente. Lo que significa que tienes que dejar de lado o “casi” los entrenos de piscina y bicicleta. Se comenta por ahí que es bueno combinarlos como algo suplementario al deporte principal que es el running, pero no entrenar con la intensidad como si estuviera entrenando solo para triatlón.

Para empezar he aumentado los volúmenes la primera semana de carrera a pie de 35/45 kilómetros a 90 kilómetros en mis entrenos. En la segunda he copiado también los 90 kilómetros alternando un día de natación y pesas con muchas repeticiones para fortalecer las piernas y prevenir posibles lesiones.

Ya queda un mes para la primera prueba en serio, la Isostar Desert Marathon, en el desierto de los Monegros. 120 kilómetros en pleno mes de julio y en una sola etapa, osea, que tocará sufrir.

Será sin duda un reto personal importante ya que de los 42 kilómetros de las maratones no he pasado. Es verdad que el ritmo no será el mismo que en una maratón intentando hacer menos de tres horas, pero aguantar tantas horas corriendo, con tanta calor, las estrategias cuentan mucho. Como dicce el gran Kilian Jornet “a veces no gana el más fuerte, sino el que mejor se lo prepara”.

No sigas el camino, crea tu camino y deja tu huella.

Nuevo reto, nuevos horizontes...

Nuevo reto, nuevos horizontes...

No me podría imaginar nunca que a poco de empezar la temporada de competiciones, la triatlón no sería este año el objetivo principal. Posiblemente las carreras que utilizo como herramienta de pretemporada para ponerme a punto (La Mar i Murtra, Carre Nou, Media maratón de Girona, Banyoles y Tossa) sean las culpables de que mi mente esté pensando en una ultra maratón, la Isostar Desert Marathon, que se disputará en el desierto de Los Monegros.

Y no es que pase de las triatlones, de hecho, yo me considero triatleta y este año hice la triatlón distancia B de Banyoles, a parte de estar apuntado a la de Mataró y Manresa pero, supongo que busco nuevos objetivos, superarme a mi mismo y ¿qué mejor forma que correr entre 110 y 120 kilómetros por el desierto aragonés en menos de 24 horas.

¿Objetivo? Pues esta claro. Al ser la primera vez que realizo una prueba de estas características, el objetivo es acabar y que no me tengan que ir a buscar en una ambulancia.

Por suerte he de decir que mi cuerpo aguanta mucho mejor en calor que el frío, lo cual me da confianza para no temer a ese factor al que si considero que hay que tenerlo en cuenta por el tema de la deshidratación o un golpes de calor.

Esta claro que esta prueba se tiene que preparar correctamente y por desgracia no puedo acudir a los entrenos de natación y ciclismo como tendría que ser para cualquier triatleta. Es imposible a no ser que fuera profesional y tuviera todo el día para entrenar.

 

Un saludo.

Patxi Jr. Futuro campeón.

Patxi Jr. Futuro campeón.

Media Maratón de Tossa de Mar.

Media Maratón de Tossa de Mar.

Un ambiente de lujo en la Media Maratón de Tossa superando el record de participantes en la carrera de 10 kilómetros y media maratón con más de 950 participantes. Perfecta la organización que junto con la seguridad de policías, protección civil y voluntarios en cada cruce, camino o carretera no dejaron nunca de animar y claro, el tiempo quiso ser partícipe de esta fiesta del deporte regalándonos una brisa fresca de mañana y un cálido día para una prueba muy exigente.

Pese a que cambiaron la línea de salida, creo que fue un acierto ya que nada tiene que ver la salida de las antiguas ediciones frente al instituto con la que se hizo en esta última carrera, frente al paseo con las murallas de Tossa de fondo.

Me sorprendió ver que cuando faltaban 5 minutos para la salida, la gente ya estaban abarrotando la línea de salida, yo sin embargo, preferí no saltarme mi protocolo y apurar hasta el pistoletazo de salida.

El inicio de la carrera fue rápido. Como de costumbre yo marqué un ritmo vivo para hacerme un hueco pero no hizo falta ya que hasta el primer kilómetro yo encabezaba el gran pelotón de 950 atletas. Enseguida se formaron dos pequeños pelotones de cabeza, los tres primeros eran atletas de diferentes clubs de Cataluña, en el segundo, yo compartía el ritmo con dos atletas con el dorsal de 10 kilómetros que no abandoné hasta el kilómetro 8, donde ellos se separaron para seguir el circuito de los 10 kilómetros.

La subida de la Mar Menuda hasta el mirador de Tossa agotador, muy duro y más largo que un día sin pan.

Me quedé completamente solo  por la carretera de Sant Feliu y decidí dosificar esfuerzos y mantener un ritmo de entreno pero con una marcha más, sin sufrir.

Giro de 180 grados y vuelta a Tossa por la misma carretera, cruzándome con los centenares de corredores hasta casi entra en el pueblo. El último tramo urbano hasta la línea de meta fue rapidísimo, casi sin darme cuenta estaba entrando séptimo por la recta final donde me esperaba mi hijo Patxi y mi pequeña Silvana vestidos de triatletas.

Al final hice un tiempo de 1:25:36. Primero de Tossa y segundo de mi categoría sin sufrir mucho y disfrutando de una gran prueba como la media Maratón de Tossa.

Media Maratón de Girona.

Media Maratón de Girona.

El pasado domingo día 6 de mayo me dirigía a Girona para hacer la Media Maratón de Girona y como suele pasar en estas carreras, la organización tiende a dar la salida bastante temprano, lo que hace que uno se tenga que levantar muy temprano para poder estar a tiempo.

Desayunas lo de siempre, te pones la ropa de batalla y coges el coche para ir a la gran cita.

sigue....

Después del pistoletazo de salida, busqué un ritmo rápido pero cómodo que me permitiera dosificarme lo suficiente para hacer los 21 kilómetros sin sufrir en exceso.

Lo que tiene la media maratón de Girona es que el terreno es totalmente llano, exceptuando la zona universitaria de Montelivi, donde el terrero se convierte en un rompe piernas hasta la salida de la urbanización dirección el centro de la ciudad y a falta de cinco kilómetros para la llegada.

Al final hice un tiempo de 1:24”43 terminando entre los 30 primeros y con buenas sensaciones.

Triatlón de Banyoles, distancia B.

Triatlón de Banyoles, distancia B.

El despertador sonó a las 06:00 de la mañana, pero yo ya estaba despierto 20 minutos antes ¿será porque mi mente ya esta acostumbrada al estrés pos competición? En todo caso no paraba de darle vueltas a la cabeza del duro día que tenia por delante.

El trayecto en coche hasta Banyoles fue tranquilo. El sol amanecía por mi espalda y el consuelo de saber que al menos no iba a llover me hizo disfrutar del viaje.

Una vez en Banyoles empieza la rutina de siempre; entrar en boxers ¿llevo las gafas de natación, los gorros, el neopreno? A ver… ¿los geles y la bici están a punto?, por ahora todo bien ¿el chip y el dorsal? Ok!!

Toca relajarse, aun queda una hora, voy a saludar a mis compañeros Tony, Xavi y a los del Triatló Blanes y así nos quitamos los nervios. Avisan mientras tanto por megáfono que el agua esta a menos de 14 grados y que el uso del neopreno es obligatorio, además, según la normativa la distancia se tiene que reducir de 2200 metros a 1500 metros.

La salida esta a unos 400 metros de la zona de boxers. Me dirijo solo caminando y observando el escenario del primer segmento de la triatlón, la natación. La verdad es que el agua no parece fría pero, también me sorprende no ver triatletas calentando dentro del lago, en todo caso procuro no pensar mucho e intento recordar el circuito en bici.

Llego a la zona de salida y observo como los acompañantes bromean con sus amigos, novios y familiares, todos ellos triatletas, del estado gélido del agua.

¡¡Joder!! No será para tanto pienso mientras me siento en la orilla con intención de meter los pies y dejarme caer para entrar en contacto corporalmente con el agua y… ¡¡¡no puede ser!!!, esto va a ser como nadar en un vaso gigantesco de granizado de limón. Nos vamos a morir. Miro a ambos lados buscando a alguien que me explique como se puede nadar así, pero lo único que veo son caras seria ¿de concentración o de miedo a una posible hipotermia?

Queda un minuto, la gente aplaude y ¡¡¡¡PIIIIIIIII!!!!

Nos tiramos al agua y no recuerdo nada más hasta la tercera brazada donde mi sistema respiratorio se acordó de que tenía que respirar por culpa de la impresión del agua helada.

Golpes, choques y más golpes con el resto de participantes. Parecemos Ñus cruzando un río lleno de cocodrilos, vamos… lo normal.

Intento centrarme en la técnica de nado, “plim plam respiro”, “plim plam respiro” parece que mi cuerpo vuelve a entrar en “calor” y sigo “plim plam respiro”, “plim plam respiro”,

Llegamos a la boya amarilla que nos indica que hemos de girar y dirigirnos a la zona de transición. Observo la rampa de salida del lago y salgo pasando por la moqueta granate dirección a la bici.

Empieza el segundo segmento. Dos vuelta de 40 kilómetros. Salimos un pequeño grupo de triatletas de boxers y me calzo encima de la bici la primera zapatilla, pero tengo problemas con el otro pie. Casi parado consigo calzarme y empiezo el pedaleo suave para ir cogiendo ritmo. La carrera es muy larga, hay que dosificar esfuerzo sino luego se pagará caro.

Empiezan las subidas a Crespià y Esponellà. Par un triatleta rodador como yo, las subidas se nos entragantan bastante. Solo queda apretar los dientes y recuperar en los llanos arriesgando, también, en las bajadas.

Segunda vuelta, tres cuartos de lo mismo, pero más cansado.

Me dirijo a la zona de boxers para empezar el tercer segmento, tres vueltas al lago de siete kilómetros cada una. Como la mitad de una barrita energética, me calzo los calcetines, las bambas, me pongo mi Buff en la cabeza y salgo de boxers a un ritmo alegre pero inteligente ya que lo que queda aun son 20 kilómetros de castigo para las piernas. Además, noto como el músculo Vasto interno (encima de la rodilla) de la pierna izquierda me hace amagos de calambres.

Las dos primeras vueltas a un ritmo nada forzado pero que me permite adelantar a triatletas sin ningún problema. Posiblemente buenos ciclistas y no tan buenos corredores o que lo que hayan dado todo encima de la bici y ya no tengan fuerzas para mantener un ritmo vivo de competición.

Queda una última vuela de siete kilómetros al lago, decido mantener el ritmo de un corredor del Club Triatló Mataró que me lleva hasta la línea de meta con un tiempo de 3 horas 58 minutos.

Vivir cansado.

Vivir cansado.

He leido esta crónica de Roberto Palomar y me ha parecido muy interesante y a la vez consolador el saber que esta sensación es compartida por los atletas y triatletas de largas distáncias.
Es un consuelo leer todas las semanas el blog vecino "El último gran combate", de Chema Martínez y mi colega Andrés Armero, y comprobar de su puño y letra que el gran Chema también está cansado. Dicen los deportistas de élite que se vive como se entrena. Y eso es también aplicable a los deportistas aficionados. Si yo entreno cansado, la deducción es lógica: vivo cansado. La gente se cree que es una respuesta recurrente. "¿Cómo lo llevas?" "Cansado". "¿Qué tal los entrenamientos?" "Cansados". "¿Cómo estás?" "Cansado". No es un tópico al uso. Es la pura realidad. Si le pasa a Chema Martínez, ¿cómo no me va a pasar a mí?.

Me lo habían advertido. "Llegará un momento en el que sólo estarás cansado. Pero tienes que seguir. Forma parte del proceso". Y en ésas estamos. Llevo toda la semana entrenando "cansado" pero algo hace que al día siguiente uno vuelva fiel a la cita con el crono, las zapatillas, la bici y el bañador. Estoy convencido de que es algo químico, algo fisiológico que me tiene enganchado. Las endorfinas o algo así. Necesito entrenar igual que comer o dormir.

Esta semana, pese al cansancio, he conseguido encajar todos los entrenamientos del plan menos la famosa tercera sesión de natación, que es lo primero que se cae en cuanto se desmoronan las previsiones por culpa de los imponderables. Cuando acababa una sesión de entrenamiento -cansado, naturalmente- me preguntaba si sería capaz de volver al día siguiente y completar lo que me tocaba. Y siempre volvía y lo completaba.

Incluso, al final de la semana me he llevado una sorpresita que me ha llenado de moral. Este domingo se celebraba una media maratón a sólo tres kilómetros de la puerta de mi casa. Justo me tocaba un rodaje de dos horas. Así que me saqué el dorsal y me fui corriendo a la salida. Sería mi entrenamiento. Recuerdo que, no hace mucho, una media maratón era casi el objetivo de una temporada. Había que hacer vida monacal el sábado y, el lunes, ni moverse. Hoy es una sesión más en mi rutina.

No me apetecía nada correr pero tenía que hacerlo. Me he puesto el último en la salida. Iba helado, con una camiseta fina para el frío que hacía esta mañana, en un recorrido con muchas zonas de sombra. Me he metido debajo de mi visera y he ido racaneando, dejando que pasara el tiempo, hablando con los de atrás, a 5’30" el kilómetro... Seguramente ellos habrían descansado el sábado y también lo harán el lunes. Yo no. Mi "religión" no me lo permite.

En el kilómetro 10, la gente ya no hablaba y yo me había templado. Como tenía intención de volver a casa corriendo, me he metido un gel y he empezado a acelerar casi sin pretenderlo, de forma natural. Enseguida me he puesto en ritmos de 5’10", 4’55"... Hasta que me he estabilizado en 4’45" y he terminado a 4’37". Para mí, la velocidad de la luz. ¿Qué fue del cansancio y del racaneo? No lo sé. Sólo sé que me resultaba muy curioso y gratificante ver cómo la gente iba a menos mientras yo iba a más. Hasta me ha dado pena que se terminara la carrera. Casi me arrepiento de haber tirado la primera parte a la basura porque acabé en 1h.48’ pudiendo haber rebajado bastante. Apenas me detuve en la meta y seguí corriendo hacia casa ya, por fin, "cansado".

 

Reto Ironman Lanzarote 2012 Por Roberto Palomar. Diario MARCA.

Triatletas en Tossa.

Triatletas en Tossa.

A partir del 17 de marzo hasta finales de abril, Tossa recibirá un montón de equipos de triatlones de diferentes paises como Suiza, Francia y el campus que organiza la empresa Win con el triatleta Xavier Llobet en Cala Giverola. 

El programa de estecampus está diseñado para triatletas de todos los niveles, tanto para principiantes que quieren tomar la primera toma de contacto con el deporte como para atletas experimentados que quieren darle un nuevo impulso a sus entrenamientos.

Los entrenamientos están dirigidos por Xavi Llobet, que explicará cómo aplicar una buena técnica en la carrera a pie y en la piscina, les enseñará a mejorar la estrategia en la natación en el mar y a dominar las transiciones. Los apasionados de la bici disfrutarán con las rutas que han diseñado, pensadas para que todos los participantes vivan una experiencia diferente e inolvidable.

El Club Hotel Giverola es un oasis para los triatletas, tanto si van solos, en grupo o con la familia. Su situación exclusiva en la Costa Brava, a 5km de Tossa de Mar, le da unas condiciones inmejorables: apartamentos con vistas al mar, una cala de aguas cristalinas que invita a nadar en ella, recorridos de bici de carretera y btt espectaculares para todos los niveles y exigencias, todo ello en medio de un ambiente festivo, pensado para que disfrutes y te entrenes como lo hacen los pros.

Media maratón de Banyoles.

Media maratón de Banyoles.

 

Para mi la carrera ya empezó a las 18:30 de la tarde del día anterior a la carrera participando en los carnavales de Tossa de Mar donde, por cierto, ganemos el primer premio de comparsas.

La entrega de premios del carnaval se alargó hasta las doce de la noche, osea que me fui a dormir con solo un cola Cao y un plátano a eso de la 01:30.

Mi despertado sonó a las 07:15 de la mañana y como un "zombie" me dirigí al coche para ir a Banyoles y competir en la media maratón.

 El reencuentro con los amigos siempre reconforta y te llena de alegría. Casi sin tiempo de hablar e ironizar con comentarios de la carrera apenas calenté y mucho menos estiré.

La salida fue como siempre, a un ritmo rápido para hacerse hueco y dejarte llevar hasta ir adaptando el ritmo a una calzada de crucero y dosificando fuerzas para acabar los 21 kilómetros de carrera.

En los primeros kilómetros rodeando en lago me encontré pesado ¿falta de sueño? ¿Falta de energía por la cena insuficiente? ¿Cansancio acumulado por el día anterior? ¡¡Vete tú a saber!! Pero tuve que apretar los dientes para seguir a mi pelotón de atletas.

Al final opté por bajar el ritmo y convencerme de que no tenia el cuerpo para grandes hazañas. Me quedé solo hasta que me alcanzó un atleta alto y largo como un día sin pan. Decidí utilizarlo de liebre hasta el kilómetro 13 donde el estómago empezó a pasar factura del sobreesfuerzo realizado. Pinchados, retortijones… bajé más el ritmo si quería llegar dignamente a meta.

Mientras corro a un ritmo cómodo recuerdo que en el gráfico de la prueba el perfil era más bien llano, pero que a la hora de la verdad no es así; pequeños repechos, caminos bacheados, bajadas pronunciadas y subidas interminables.

Kilómetro 18, ya veo el lago. No queda nada. Una subida a la derecha, carretera larga y llana hasta el casco urbano, tres curvas y la recta de meta.

Lo mejor de la carrera no fue la carrera, sino la comilona en el restaurante Can Mià con los amigos de toda la vida y el jabalí casi entero que entro sin darme cuenta por mi boca.

Para mi la carrera ya empezó a las 18:30 de la tarde del día anterior a la carrera participando en los carnavales de Tossa de Mar donde, por cierto, ganemos el primer premio de comparsas.

La entrega de premios del carnaval se alargó hasta las doce de la noche, osea que me fui a dormir con solo un cola Cao y un plátano a eso de la 01:30.

Mi despertado sonó a las 07:15 de la mañana y como un "zombie" me dirigí al coche para ir a Banyoles y competir en la media maratón.

 El reencuentro con los amigos siempre reconforta y te llena de alegría. Casi sin tiempo de hablar e ironizar con comentarios de la carrera apenas calenté y mucho menos estiré.

La salida fue como siempre, a un ritmo rápido para hacerse hueco y dejarte llevar hasta ir adaptando el ritmo a una calzada de crucero y dosificando fuerzas para acabar los 21 kilómetros de carrera.

En los primeros kilómetros rodeando en lago me encontré pesado ¿falta de sueño? ¿Falta de energía por la cena insuficiente? ¿Cansancio acumulado por el día anterior? ¡¡Vete tú a saber!! Pero tuve que apretar los dientes para seguir a mi pelotón de atletas.

Al final opté por bajar el ritmo y convencerme de que no tenia el cuerpo para grandes hazañas. Me quedé solo hasta que me alcanzó un atleta alto y largo como un día sin pan. Decidí utilizarlo de liebre hasta el kilómetro 13 donde el estómago empezó a pasar factura del sobreesfuerzo realizado. Pinchados, retortijones… bajé más el ritmo si quería llegar dignamente a meta.

Mientras corro a un ritmo cómodo recuerdo que en el gráfico de la prueba el perfil era más bien llano, pero que a la hora de la verdad no es así; pequeños repechos, caminos bacheados, bajadas pronunciadas y subidas interminables.

Kilómetro 18, ya veo el lago. No queda nada. Una subida a la derecha, carretera larga y llana hasta el casco urbano, tres curvas y la recta de meta.

Lo mejor de la carrera no fue la carrera, sino la comilona en el restaurante Can Mià con los amigos de toda la vida y el jabalí casi entero que entro sin darme cuenta por mi boca.

Entreno de Spinning®

Entreno de Spinning®

Siempre he dicho que el spinning® es nuestro recurso más apreciado para los que practicamos triatlón a nivel amater y no disponemos de mucho tiempo para entrenar las tres disciplinas. Ha diferencia de los profesionales, mientras ellos entrenan nosotros trabajamos y tenemos que hacer recurso de nuestra herramienta de entreno, la bicicleta de spinning®.
Patxi Ramos.
Tanto el trabajo de spinning® como el de rodillo pueden ser un buen sustituto para el entrenamiento de ciclismo entre semana.
Cuando el trabajo no nos deja más que dos horas, además de ser un buen aliciente en lis días lluviosos y muy fríos.
Un buen trabajo en el rodillo o cicloemtrenador, nos permite trabajar intensidades y con cadencias que a veces sobre la carretera nos resultan imposibles. Con una hora de rodillo, será más que suficiente. Si no disponemos de rodillo pero sí dd gimnasio, podemos utilizar las bicicletas de spinning® para suplir nuestro entrenamiento en carretera. Tiene la ventaja de que vas a trabajar una cualidad muy importante en el sector de ciclismo del triatlón: la cadencia.
Asimismo, graduando la resistencia puedes hacer un trabsjo óptimo de fuerza en un gesto cíclico.
El inconveniente es que la bicicleta de spinning tiene mucha inercia y, por lo tanto, no reproduce muy bien el pedaleo de la bici, pero por ello los fines de semana aprovecharemos para hacer las salidas largas en bicicleta.
Triatlón. Sport Life.

Beneficios musculares, beneficio para el corazón.





En las piernas y en las caderas tenemos los mayores y más fuertes grupos musculares, el fortalecimiento de estos ayuda a la pérdida de peso.
El spinning es un deporte prácticamente aeróbico, el trabajo aeróbico moderado y continuado es el más aconsejado para el músculo más importante de nuestro organismo, el corazón.

El corazón con el ejercicio aeróbico se agranda, se fortalece y pierde parte de la grasa que lo cubre. Por lo que cada latido es hace más potente y puede trasladar más sangre al resto del organismo. Como resultado se produce una bajada de la frecuencia cardiaca en reposo, lo que mejora la economía y la eficacia de nuestro corazón.

Por la misma razón aumenta el calibre de las arterias coronarias, causantes de muchos de los problemas del sistema cardiovascular. Ayudando así al corazón a ser más eficaz en el trasporte y retorno de la sangre y se reduce la tensión arterial, por lo que todo el organismo sale beneficiado.
Spinning-fitness.

Preparando el inicio de temporada

Preparando el inicio de temporada

Con un promedio en 7000m nadando, 5 horas de spinning y entre 35 y 40 quilómetros corriendo a la semana, ahora le toca el turno a la la bicicleta. Que no he sacado hasta ahora por dos razones; la primera por el duro frio que a estado haciendo por aquí y la segunda por mi estrecha colaboración con una de las comparsas carnavaleras "DRAC'S" que me a robado muchos entrenos para llegar a tiempo a las citas en las ruas de Lloret, Blanes, Calella y Tossa.

Con la llegada del buen tiempo la verdad es que apetece sacar la bici. Rodar por las carreteras de mi zona. Además, es ahora cuando muchos equipos de ciclismo y triatlón de Francia y sobre todo Suiza que vienen a entrenar por aquí. Luego coincides con ellos en la piscina (la de la foto) y uno, sin darse cuenta, se contagia del ambiente "trialero".

Mi próximo objetivo es hacer la media maratón de Banyoles el día 4 de marzo para conseguir así hacer volumen y tener chispa para las competiciones que se acercan.

 

Comer antes de salir a correr o correr en ayunas

Comer antes de salir a correr o correr en ayunas

Hacer una comida pesada una o dos horas antes de correr queda debería quedarte descartado al 100% a no ser que por horarios no tengas más remedio, pero hay un gran debate sobre si comer algo previamente o salir en ayunas.

Corre en ayunas si quieres perder peso

El cuerpo tira de las reservas si salimos a correr por la mañana en ayunas. Eso sí, no hagas esfuerzos máximos como series, pendientes o cambios de ritmos, sólo hazlo en el caso de te toque carrera continua.

Otros corredores, ya simplemente por rutina salen a correr en ayunas y no necesariamente lo hacen por querer perder peso, sinó porque se lo pide el cuerpo al levantarse por la mañana.

Si quieres probar la experiencia de correr en ayunas puedes probar los primeros días a salir con un portabidones o riñonera con un gel, barrita energética o similar para llevártelo a la boca si ves que a mitad de entrenamiento necesitas un extra de energía.

Comer o beber algo justo antes de salir

Muchos corredores comen algo media hora antes de salir, un plátano por ejemplo, para las reservas de glucógeno (la falta de ellas provoca fatiga muscular y descenso en el rendimiento deportivo) y evitar las posibles “pájaras”.

Ya estamos liados. Empieza la temporada 2012.

Ya estamos liados. Empieza la temporada 2012.

Que buenos momentos me dá el deporte y no lo digo solo cuando compito y cumplo con los objetivos, sino el simple hecho de practicarlo ya me produce buen rollo.
Es como una droga que engancha y que te va sacando lo mejor de tí y lo peor porque te vuelves egoista ya que quieres la carretera o el camino para ti solo. Te vuelve ambicioso porque lo quieres ganar todo. Inconformista ya que nunca te confornas con tus metas logradas y te obsesionas por superar esas distáncias eternasi o arañar esos segundos o minutos agónicos. Te transformad en un depredador del tiempo.

¿Y para qué? Realmente competir es la escusa perfecta para justificarte y entrenar. Es tu tiempo, tu momento. Da igual si hace frio o si hace calor, si llueve o hace viento. A las 06:30 de la mañana o a las 22h de la noche. Sales con décimas de fiebre o dolor de garganta, pero cuando estas en mitad de un bosque siguiendo un camino de tierra cubierta de hojas tú solo, te sientes fuerte físicamente y repercute en lo mental ya que coges confianza en tí mismo y madura tu caracter al mismo tiempo que te hace libre.

Yo soy un corredor normal. Entreno casi todos los días las tres disciplinas; nadar, bicicleta y correr (soy triatleta) y sé que nunca estaré al nivel de esos que siempre ganan, los que visten lo último de las mejores marcas y no se gastan dinero en tenerlas.
Yo no tengo entrenador que me diga "mueve más las piernas o estira más la brazada nadando". No tengo físio, ni dietista que me diga que comer antes, durante y después de cada entreno. Por no tener no tengo ni Compex®. Mientras trabajo ellos entrenan, pero seguro que la felicidad de ir  devorando quilómetros en entrenos y competiciones es la misma.
Este año nuevas metas y nuevos objetivos.

Mar i Murtra.

Mar i Murtra.

¡¡¡Que locura!!! con lo bien que se está en la camita y ¿ahora me tengo que levantar a las 07:00 de la mañana? pero eso no es lo peor, lo peor es el frio que hace fuera, en la calle.
Y es que los 8 minutos descongelando la luna delantera del coche, no me los quita nadie. Pongo mi música y para Blanes, donde se correrá hoy la Mar y Murtra. Una carrera popular de 20km.

Aparco y decido salir para ir a buscar mi dorsal en los stands.
Voy más tapado que "Águila roja" y aún así tengo mucho frio. El coche marcaba una temperatura exterior de 1° y el amanecer de fondo junto al vapor que sale de la superficie del mar crean una estampa curiosa.

Ya empiezo a ver gente conocida; Kike, Marti, Juan Mi, Tony, Xavi Figueras, Jesús, Vane (Dedi), Laurita...

"PUMMM" pistoletazo de salida y los primeros marcando un ritmo fuerte. Enciendo mi MP3 y sigo mi propio ritmo de "crucero" dosificando fuerzas para luego, la carrera es muy larga.

A mitad de canción de Bon Jovi alguien me da una palmadita en el culo, giro la cabeza y veo al mega crack Joan Bernat que me dice algo mientras me adelanta. Supongo que me estará animando ya que con la música no logro entenderle. Aún así  decido apretar para no perderle y utilizarlo de liebre.

Cuando los Black eyes pears suenan en mi MP3 ya llevamos unos 10 kilómetros corriendo a tope. Tengo a Joan delante. Casi vamos solos y decido parar la música para intercambiar entre fuertes respiraciones unas palabras. Nos animamos y decidimos estudiar el plan de carrera hasta la meta, teniéndo en cuenta que lo peor estaba por llegar ¡¡las subidas del Vilar!!

Un arco en medio del camino nos invita a pasar por debajo de él y Joan comenta que a partir de aquí empieza el Vilar... yo pienso "empieza el show"

Primera subida bien, la segunda pica más pero casi sin bajar ritmo la vencemos. El cansancio se nota en la tercera y a Joan se le congestionan las piernas, me dice que no baje el ritmo y que suba como pueda que ya me cogerá en las bajadas. Obedezco.
Cuarta subida, quinta... sexta, ostras esto es interminable, séptima... ya ni cuento las que hay, las que he subido o las que me quedan. Giro la cabeza y no veo a mi compañero de carrera.

Empieza la bajada, menos mal.

Sin darme cuenta ya estoy entrando en Blanes. Quedan 4km y a la altura del puente vuelvo a mirar atrás y ahí esta el tio ¡¡¡como a bajado!!! decido bajar el ritmo y me alcanza. Quedan 3km y el que tiene problemas para marcar el ritmo soy yo. Le digo que siga sin mí y él dice que no.
2km, Joan empieza a animarme con unos ¡¡¡Me cago en la...!!! y otros tantos ¡¡¡Vamos jo...r!!! no puedo evitar sonreir.
Cuando el cartel marca 1km pienso que ya esta hecho. Apreto los dientes y me pongo a su lado, nos damos la mano en señal de haber hecho un buen trabajo y entramos juntos a meta con un tiempo de 1:23"26.