Blogia

Blog de Patxi

Amaneció y el ruido típico de cremalleras y zapatillas empezó a resonar por la habitación plagada de literas. Desayuno y partida ¿dirección? Pues bueno, no estaría mal parar en Astorga. Allí tengo a mi amiga Tamara (muy amiga de mi cuñada Silvana) y Noelia, una compañera de colegio. Tamara no estaba, pues después de visitar Astorga, impresionante ciudad por cierto, me fuía reencontrarme con Noelia.

Ahora estoy en un pueblecito llamado Rabanal del Camino, a las faldas de Cruz de Ferro, un puerto de montaña largo y duro como un día sin pan. A mi lado tres ancianon tirando cartas a un tapete verde, golpeándo la mesa y gritando; ¡copas! Copas... no espada, joder!!! marcial ¿pasas o no? Que no tengo toda la tarde, ¡¡coño!! Ya me has jodido otra vez...

Etapa:

Etapa:

 

Año 2013, depués de cristo. Los caballeros templarios recorrían a gran velocidad los camínos cristianos de... ¡¡uy!! perdón, creo que me estoy confundiéndo de historia, o mejor dicho de época.

Ayer cené tranquilo en el albergue Nuestra señora del Pilar, en Rabanal del Camino, escuchando música Celta en directo. Genial!!!

De repente, me llama la atención una especie de cabaña al lado del camino, llena de banderas y un personaje bestido de templario. Es como si alguien decidia hacer un alto en el camino y quedarse allí, vendiendo objetos y recuerdos.

Sigo bajando y después de atravesar pueblecitos llego a Ponferrada.

Cuando cruzo un puente y veo un rio de aguas transparentes en Cacabelos, decido parar y buscar albergue, una vez hospedado decido pegarme un baño. El agua es fresquita y me relajo, y pienso en el símil de que cuando salí de Tossa era como el pan hecho del día, tierno y blandito, pero ahora estoy como el pan después de 11 días, duro, muy duro, tanto físico como mental.

Es de noche, me siento y cuento estrellas en el albergue de Cacabelos; una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho...

Por la mañana, nada más buscar la marca (flecha) dorada que señaliza el camino, empecé a subir hasta Cruz de Ferro, a 1220m de altitud. El paisaje completamente verde. Atrás quedó los escenarios áridos de montañas, trigo y girasoles.

En plena ascensión, un soplo de viento con olor a pino, me recordó de donde vengo. Era un viento fresco, de montaña y tenía que ir abrigado para no pasar frio.

Subidas y subidas, poco a poco pero sin parar hasta el puerto de montaña donde desde a lo lejos se podía ver un palo timo mástil con una pequeña cruz metálica. Dabajo, un gran montículo de piedras donde los peregrinos depositaban las traidas desde sus puntos de partida simbolizando que dejaban allí lo negativo y comenzaban una nueva etapa. Otros, como yo, teníamos que dejar algún objeto, también traido desde el punto de partida. Yo, por ejemplo, arranqué mi bandera de mi mochila, escribí los nombres de mis seres queridos y lo colgué en lo más alto que pude del mástil, asegurando su permanencia con una brida.

La bajada suave, tranquila y segura. Evitando cualquier accidente. Solo faltaría llegar hasta donde he llegado y tener que abandonar por darme una leche y hacer daño a algún peregrino.

Bonita ciudad con su castillo templario y restos arqueológicos. Podría quedarme allí, pero es domingo y todo está cerrado. Son solo la una de la tarde y sigo pedaleándo y rumbo final.

Etapa: Cacabelos - Samos.

Etapa: Cacabelos - Samos.

 

Me despierto y solo me viene un nombre a mi mente, O Cebreiro, un puerto de montaña de primera categoria. La puerta a galicia por el este. Un muro que empieza en Villafranca del Bierzo y termina a ¿1220m? ¡¡No!! me dice la hostelera sirvién...dome el desayuno con acentiño gallego, "tienes que llegar hasta Alto do Poio a 1330m, O Cebreiro es el pueblo.

Pues nada, a pedalear. Poco a poco la falda de la montaña se iba endureciéndo. A medida que subia, una densa niebla me iba tapando el paisaje hasta hacerlo desaparecer. Duro, muy duro.

Al llegar arriba, decido tomármelo con calma recordando las palabras de la hostelera e intento mirar más allá de los 10m para ver como continua la ascensión, tero la niebla es persistente.

Pequeña bajadita engañosa donde poco después encaro el Alto do Poio. Allí encuentro un bicigrino navarro de nombre Faustino, y comentamos la dureza de la subida, juntos ascendemos a Alto do Poio y una vez arriba lo celebramos con una cerveza con limonada.

El descenso no es para nada relajado. Camino de tierra, con piedras sueltas, giros, cruces de rieras y saltos hasta Triacastela donde Faustino se queda a pasar la noche. Yo decido continuar hasta Samos y dormir en un monasterio.

Ahora si que puedo decir que estoy en Galicia. Ya queda menos!!!

Etapa:

Etapa:

 

Ayer, visitando la catedral de Samos, me puse hablar con un monje muy agradable sobre una escultura deltro de la iglesia de un rey pisándo una cabeza cortada. Me dijo que era Alfonso II el Casto. Impresionante, tanto como la sabiduria del m...onje. Era un libro abierto, bueno... una biblia.

A las 6:00 de la mañana, uno de los voluntarios (Jesus o Juanjo) puso un CD de música de cantos gregorianos. Forma original de despertar a los peregrinos.

Desayuno en el camino y a pedalear dirección al próximo pueblo, Sarria, donde una vez allí decido limpiar la bici del polvo acomulado de estos dos últimos días. Es importante cuidar la mecánica de la bici para no tener problemas. He visto muchas cadenas rotas, pinchazos y radios rotos de bicis que no han hecho ni la mitad de los quilómetros que llevamos la bici y yo.

Saliéndo de Sarria, me sorprende el gran número de peregrino que hay en el camino. Me explican que hay genten que empieza su peregrinaje a falta de 100km desde pueblos como Ponferrada, Piedrafita do Cebreiro o el mismo O Cebreiro. Grupos parroquiales que aprovechan que aun estan frescos para cantar canciones cristianas, otros deciden empezar allí por falta de tiempo o porque no se ven capaces de hacerlo entero.

Mientras me voy hacièndo paso, habeces con problemas porque no me ven llegar con sus cánticos espirituales, voy pasando pequeñas aldeas entre subidas y bajadas con un paisaje espectacular digno de la película "El Señor de los anillos"; rios, puentes, bosques frondosos y árboles retorcidos.

Otro dato curioso es el acento gallego, cada vez más cerrado a medida que atravieso un monte o cruzo un rio. He de prestar más atención para entenderles, pero noto por parte de ellos, su gran voluntad para explicarme lo que les pregunto.

"Un home é un home, un gato é un bicho e un pau un garabullo e unha muller un capricho"